Descubre el expresionismo súbito en las obras de Genoveva Kelleher
Totalidad y completitud es lo que se siente al mirar las telas de Genoveva Kelleher. Su obra solamente tiene espacio para ella como artista y su lienzo enfrente.
Sus piezas nos imponen abstracciones con trazos de la naturaleza, con pétalos ondulantes y entrelazados al ritmo de los azules y los rojos, que desde su estado silvestre se saturan de vida.
Expresionismo súbito
El contraste entre sus colores las convierte en flores de fuego. Sin embargo, con el paso del tiempo Genoveva Kelleher abstrae cada vez más sus cuadros hasta lograr un expresionismo súbito, invadido de combinaciones coloridas y mezclas de materiales.
Éste resulta flagrante, fuerte, lleno de poder y vibración. La materia pictórica pesa y oprime el soporte, a la vez que viaja y se funde en él. Armonía y belleza quedan ante nosotros.
Contrastes
Blancos, negros, tierras, neutros y demás tonos se fusionan en sus composiciones orgánicas expresionistas. Ellas manifiestan improntas naturales, tales como mareas, corrientes de agua, brisas en la costa, dinamismo de las plantas, texturas de las piedras y raíces, entre otras.
Todo se mueve, se ilumina y se transforma en sus obras, nada se detiene, ni siquiera los rosas, morados, verdes, turquesas y amarillos. La autora retrata con fidelidad esa fiereza e indomabilidad del entorno natural con un expresionismo abstracto, brutal y gestual.
La armonía en sus tonalidades
Su radiante paleta nos estremece con sus matices y tonalidades. La estética de Genoveva Kelleher es densa, pero armónica; encendida, pero aplacada. Su arte guarda voces genuinas de la naturaleza.
La energía cromática de sus cuadros también hace referencia a los detalles desapercibidos de la realidad, a esas esencias propias de la existencia que únicamente se experimentan con la alta sensibilidad.
Inspiración espontánea
Por lo tanto, la creadora retrata las frecuencias, las formas y los ritmos imperceptibles u ocultos de lo real. Lo lleva a cabo por medio de la pintura y las resinas, puesto que la mixtura de ambas da como resultado un sinfín de expresiones espontáneas, improvisadas en absoluto.
Su arte es un panorama estético, una bella síntesis, un hermoso recuento de todo lo que es posible captar del exterior. Sin duda, sus pinceladas nos agudizan los sentidos.
Autorretratos al desnudo
A partir de su expresionismo abstracto, de sus luces y sombras, de sus volúmenes y figuras, de sus relieves y trazados, de su manejo del color y de sus distintas personalidades sobre el lienzo, Genoveva Kelleher realiza una suerte de autorretratos al desnudo.
De manera natural pinta a sensuales mujeres con el rostro hacia arriba, el cabello suelto y el cuerpo erguido. El movimiento que las rodea enaltece su belleza, así como los tonos de su piel.
Por ello, la feminidad queda plasmada en ellas con entera libertad y máxima apertura a la vida. Sus pechos se muestran como si estuvieran frescos, dispuestos a disfrutar de su erotismo, expuestos a gozar.
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Por Adriana Cantoral
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