¿Te has preguntado cuánto nos ha hecho crecer interiormente la pandemia?
Estamos a un año de que una pandemia azotara nuestro país. La libertad de movernos por el mundo fue reducida y muchas puertas se cerraron. Nuestros amigos, vecinos y familiares recluidos detrás de paredes y puertas. Pero, a un año de este suceso, ¿qué hemos aprendido?
Lo que he aprendido de la pandemia
Les contaré qué he aprendido yo, y ustedes dígannos qué aprendieron. De esa manera, todos juntos como una sociedad, una comunidad o como seres humanos, podremos crecer.
No des nada por seguro
A veces, damos nuestro trabajo, nuestros seres queridos o alguna actividad como algo de rutina. Pero no te das cuenta de lo mucho que lo necesitas, hasta que alguien te dice que no puedes más con ellas. Aprecia lo que tienes
La vida a veces es complicada, pero también es importante ver a nuestro alrededor.
La empatía es algo que creció más en mí y que ahora me seguirá de por vida. Ver como personas perdían patrimonios o seres queridos era algo inimaginable y aterrador. Pero el sentido de la comunidad tenía que hacerse presente.
Aprende a amarte a ti mismo
Muchas veces, nos preocupa más algo material o una imagen social, que lo que realmente eres. La pandemia y el estar aislado desespera, pero desespera más saber que no sabes estar solo contigo mismo.
Atenderte, cuidarte, preocuparte y estar bien física y mentalmente. ¿Cómo podemos estar bien con los demás si no podemos estar bien con nosotros mismos?
Aprende a querer a quien te quiere.
Levantemos la mano quienes realmente vivimos esta situación. ¿Tuviste la experiencia de sentirse querido por alguien, que aunque ya sabían que te quería no sabían a que nivel?
Yo, en lo personal, por parte de familia y amigos fui sorprendido. Siempre he sido una persona que da sin la intención de recibir, pero no sólo mi cariño sigue con ellos, ahora es más lo que siento. Es importante saber comunicarle a los demás lo mucho que los quieres y les importas.
No todo lo material es importante
Al comienzo de la pandemia, todo era: “no puedo salir a un restaurante”,” no puedo salir de compras”, “no puedo ir al gym, sólo quieren que engorde”. Y la verdad es que, al paso del tiempo, aprendimos a comunicarnos de nuevas maneras.
Aprendimos nuevas formas de ver la vida con ganas de vivirla, no con ganas de impresionar. Pudimos privarnos de actividades o cosas materiales, pero no dejamos a un lado las ganas de vivir la vida.
Sígueme en Facebook o en Instagram y cuéntame, ¿qué aprendiste tú? Crezcamos juntos por un mejor futuro.
Artículo relacionado: Nuevos deseos para una nueva normalidad
Por Jesús Cabello Ortiz
Quizá te interese: La nueva normalidad financiera, después de la pandemia