IMPORTANCIA DE LOS CONTROLES GINECOLÓGICOS
Los controles ginecológicos son procedimientos preventivos para las mujeres que recomiendan efectuar al menos una vez al año. Estos estudios permiten detectar distintas patologías y lesiones en una etapa inicial, buscando prevenir el cáncer de cérvico-uterino y mamario. Sigue leyendo para conocer más.
Autoexploración de mamas y mamografías
En primer lugar, es importante que conozcamos nuestro cuerpo y sus cambios. Por ello, la autoexploración mensual juega un rol protagónico en la detección oportuna del cáncer de mama. Nosotras debemos estar conscientes de cómo se sienten normalmente nuestros senos para hallar cualquier alteración.
No obstante, hay que evitar ser hipocondríacas y la psicosis de palparse todas las semanas. La recomendación, si menstruas, es hacerlo una vez al mes, en el período post menstrual, momento en que la hinchazón de las mamas es menor y los niveles hormonales están en un nivel basal.
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Sin embargo, la autoexploración en ningún momento debe sustituir nuestra visita anual al médico ni a las mamografías; por más miedo y dolor que nos provoquen estas últimas. Ya que el conjunto de estos controles ginecológicos contribuyen al diagnóstico oportuno de patologías mamarias, con una mejor evolución y calidad de vida.
En sí, ¿qué es una Mamografía?
La mamografía, en pocas palabras, es una radiografía de la mama con un mamógrafo, valga la redundancia, una máquina de rayos X que usa dosis bajas de radiación. A través de ésta se logran detectar pequeñas lesiones antes de que sean palpables.
En ocasiones, este estudio puede complementarse con una ecografía, en caso de que el médico imagenólogo lo considere.
Asimismo, se recomienda empezar a realizárselas a partir de los 35-40 años. Recuerda que cada una de nosotras somos diferentes pues contamos con antecedentes médicos y familiares únicos. Así que la próxima vez que visites a tu médico pregúntale si ya estas en edad de realizártela y con qué frecuencia la recomienda.
El papanicolau, otro examen importante
Sabías que el cáncer cérvico-uterino cuenta con una alta incidencia en la población. Generalmente es causado por algunos tipos de virus del papiloma humano (VPH) transmitido por relaciones sexuales.
Es por ello que hay existe el papanicolau (PAP), otro examen importante que nos realizan a las mujeres, después de empezar a ser sexualmente activas o después de los 21 años aproximadamente.
Su finalidad es encontrar cualquier alteración que, detectada de forma precoz, evite el desarrollo del cáncer de útero por medio del análisis de las células del cuello uterino y vagina.
Y al igual que las mastografías, el papanicolau y un examen ginecológico deben realizarse de forma periódica.
La prevención es la clave
No obstante, también existen otro tipo de cánceres que aquejan a las mujeres como el de ovario una patología muy silente y difícil de detectar, para el cual no existen estudios de prevención estricta.
Efectivamente la mujer tiene una mayor esperanza que el hombre, pero también cuenta con el riesgo de sufrir enfermedades más largas y crónica. Recuerda que la prevención salva vidas.
Te compartimos está guía del IMSS para la detección oportuna de enfermedades:
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Consuelo Telich