El poema de Oliverio Girondo “Cómo amar sin poseer” de la película El lado oscuro del corazón
¿Te has enamorado de alguien con quien sales, pero esa persona no quiere una relación tradicional? Se ven, la pasan genial, tienes ganas de verlo o verla, y esa persona a ti. Pero en el fondo, sabes que jamás serán algo formal. Todo puede fluir y continuar, siempre y cuando sueltes esas ganas de que la gente te ame justo como tú quieres, por eso aquí te digo cómo amar sin poseer.
EL POSEER ES LO ESENCIAL EN ESTA SOCIEDAD
A veces, tenemos ese instinto que nos hace querer tener, tal y como las cosas también nos pertenecen. El poseer en esta sociedad es un verbo supremo. Tener lo que deseamos: dinero, un auto, una casa, ropa… Pero las personas no son cosas y hay que cuestionarnos ese capricho de pretender que también las personas puedan pertenecernos.
EL POEMA DE OLIVERIO GIRONDO
De hecho, Oliverio Girondo lo plantea de manera perfecta en un poema de la película El lado oscuro del corazón (1992).
Puedes verlo en YouTube aquí.
POEMA
Cómo amar sin poseer. Cómo dejar que te quieran sin que te falte el aire.
Amar es un pretexto para adueñarse del otro,
para volverlo tu esclavo, para transformar su vida en tu vida, cómo amar sin pedir nada a cambio,
sin necesitar nada a cambio.
POSEER EN EL AMOR
Tenerlo o tenerla, saber que es tuyo, que nunca se va a ir, que esto es para siempre. Que los defina una etiqueta, que todos lo sepan, que los vean juntos. Llenar todos tus espacios con esa persona: física, mental, emocionalmente. Pero ¿eso es realmente el amor o eso sólo es lo que hemos aprendido sobre el amor en la sociedad, películas y novelas?
En realidad, cada quien lo expresa a su modo. Y el no desear “ser” de nadie o estar en una relación formal es totalmente independiente de nuestra capacidad de sentir.
EL AMOR POR LA LIBERTAD
A veces, se piensa que ese amor por la soltería es por no saber lo que quieres o por querer estar con muchas personas a la vez.
Eso no es verdad, aunque nos guste mucho salir con alguien o sintamos algo por ella, amamos nuestra libertad de decidir sobre nuestro tiempo, de disfrutar nuestra soledad, de trabajar en nuestros proyectos.
Pero eso no significa que no tengamos sentimientos. Queremos, pero también nos queremos a nosotros mismos.
Sin embargo, el no desear llevar una etiqueta no resta valor al amor o al cariño que ambos puedan sentir. Al contrario, es mucho más valioso que alguien decida compartir su tiempo contigo cuando no lo ve como una obligación, cuando no te necesita y cuando puede vivir perfectamente sin ti.
Sin duda, el que una persona que sabe estar sola quiera verte es una muestra más de verdadero interés y no de codependencia, como erróneamente puede pasar con muchas relaciones que están ahí por costumbre.
SU ESENCIA ES TAMBIÉN SU LIBERTAD
Si ya estás enamorado o enamorada de alguien con quien sales frecuentemente, hay una magia entre los dos, pero no ves el momento de formalizar y ser algo “bien”, te quiero recordar una cosa: todo lo que amas de él o ella es también el resultado de su libertad.
No sabemos si al entrar en una relación se comporte de la misma manera. Así como hay probabilidades de que todo fluya, también las hay de que se sienta encerrado, como un animal salvaje en una jaula, porque no está acostumbrado a estar en una relación. Entonces, todo terminará, y posiblemente mal.
CÓMO AMAR SIN POSEER
En primer lugar, lo mejor que puedes hacer es saber desde el inicio cuál es la disposición emocional de las personas. Algunas sólo quieren amigos, otras sólo un rato, otras sólo sexo, otras un amor para siempre.
Una vez que lo identifiques, siempre habla las cosas de manera clara. No sólo se trata de salir por ratos, también debe haber una responsabilidad afectiva. Así que, el que no haya una relación no es motivo para que sean hirientes. Si hace algo que te molesta, dilo, y establezcan acuerdos.
Luego, seguir saliendo, y disfrutar mientras dure. Vivir sin expectativas a futuro. Si hoy nos vemos, hoy la pasaré de maravilla contigo, te daré todo lo que soy, te entregaré todo, te escucharé, nos reiremos, pero estoy plenamente consciente de que eso será sólo hoy. No sé si también mañana o en una semana. Pero lo que ocurra hoy será vivido al cien.
Ese es el secreto para saber cómo amar sin poseer, entender que una de las características de su personalidad es ser libres. Quizá en unos años cambien, y por fin quieran establecer algo formal. Pero hoy en día, querer capturarlo es como querer agarrar con las manos el agua.
DEJAR ATRÁS EL EGOÍSMO
Aunque muchos piensen que esta forma de estar con alguien es algo descabellado o hasta cierto punto iluso, tiene sus ventajas.
Por un lado, al no ser una pareja estable y verse sólo cuando tienen ganas, no se conocen en sus peores momentos, no pelean, no discuten, no tienen ratos de hartazgo.
Y también saca lo mejor de ti, dejas de estar en una relación exigiendo o permitiendo que te exijan. Al ser algo mucho más relajado, ambos hacen genuinamente lo que quieren, sin esperar complacer en cada acto a la otra persona.
De este modo, dejamos de lado el egoísmo de querer tener a una persona, y aprendemos poco a poco a quererla tal como es, con todo y su libertad. A dar, en vez de esperar recibir. A ser sus ratos de risas, caricias y desestrés, y a que él o ella sea el tuyo.
Sin exigir explicaciones, sin esperar que te diga cada cosa que hace. Amamos sin mover nada en su vida y sin hacernos daño, pero siempre con responsabilidad afectiva, diciendo la verdad, siendo sinceros y respetando los acuerdos.
CUÁNDO EMPRENDER EL VUELO
Una vez que aprendiste cómo amar sin poseer, descubre también si esto es lo que de verdad quieres para tu vida amorosa. Si estar así con esa persona te satisface, adelante, disfrútalo.
Pero si no es lo que estás buscando, identifica en qué momento es mejor emprender el vuelo y no perder más tiempo. Estar en una relación con alguien que valora más su libertad no es para todos. Y si lo que tú buscas va en un sentido completamente distinto, es mejor ser sinceros con nosotros mismos y con los demás.
Va a doler, es cierto, pero duele más haber perdido tiempo, esperando algo que nunca va a pasar.
Por Dayana Sanjuán
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