Motívate y empodérate con Vixen Army
Quiero platicarte de una experiencia que cambió mi vida: Vixen Army. Ahora entiendo que no existe ninguna mejor medicina para combatir la tristeza y toda esa nube cargada de negatividad.
A veces parece que te sigue a donde vas y es buenísima en sabotear lo bueno que llega a tu vida. Esa medicina para mí se llama motivación con un twist de empoderamiento.
Meses antes de encontrarme con esta medicina, sufrí un accidente que dejó la mitad de mi cuerpo con bastantes limitantes en los movimientos.
Tuve dolores en el tórax, ya que acostumbré a mi cuerpo a tener costillas de titanio, un pulmón regenerándose. También, dolencias diarias en la columna que no desaparecen nunca.
Necesité meses de reposo. Entre más pasas tiempo sin hacer nada, es inevitable que tu pensamiento se nuble de blanco a negro y vayas perdiendo el sabor de la vida.
Ahora entiendo que hay muchas pruebas que debemos de superar en nuestra vida, que llegan a darte una sacudida. Que te hacen tocar fondo, pero el tiempo, la compasión y amor propio te harán llegar a la cima.
Cuando lo haces con todas tus fuerzas, con toda tu luz, con toda tu emoción, te hace despertar y empezar realmente a vivir.
Hay personas que tocan tu espíritu durante el camino de tu vida. Arlette llegó cuando quería desesperadamente encontrar algo para volver a disfrutar la vida, y lo logró en 50 minutos, bailando, sudando y animando.
Arlette Ramírez trajo a Monterrey a Vixen Army Workout. La quise entrevistar para que todas conocieran su historia y vieran que no importa el lugar en donde estés. Si te sientes gordita, o te sientes demasiado alta o arrítmica, bailar es terapia, es motivación; bailar es vida.
Platícanos del momento en que decidiste llevar a cabo un programa como éste como una manera de ganarte la vida.
Mi experiencia en el curso intensivo de Vixen Workout en Miami me dejó tan empoderada, tan contenta y tan segura de mi misma que pensé “más mujeres se merecen tener la oportunidad de sentirse así”.
Cuando regresé a Monterrey, comencé a dar clases gratis para ver si tenía éxito transmitiendo este sentimiento a más mujeres. Pero, cuando vi que sí, fue cuando decidí darle con todo.
¿Qué crees tú como alumna y ahora maestra, que sea lo mejor de Vixen Army?
Lo mejor de Vixen Army es la libertad y disfrutar de una nueva experiencia. Eres libre de ser como quieras, de bailar como te dé la gana, de vestirte como quieras, de soltar todo.
Aquí no existen los estereotipos, ni la vergüenza, ni las envidias, ni la crítica. Somos una comunidad de mujeres fregonas en donde todas nos impulsamos y nos echamos porras entre todas. Celebramos nuestras virtudes, defectos e imperfecciones. Cada una es única y hermosa a su manera y nos enfocamos en vivir la vida intensamente.
Arlette, ¿de qué manera cambió tu vida un programa tan motivador como Vixen?
Vixen llegó a mi vida cuando yo estaba pasando por un momento muy difícil. Era una etapa en dónde no me sentía valorada, ni por mí misma, ni por la gente que me rodeaba.
Como mujer no me sentía bella ni a gusto con mi cuerpo. Profesionalmente no estaba contenta ni me sentía realizada, y por todas partes de mi vida había incertidumbre y dudas.
Una noche en la que no podía dormir, agarré mi laptop y me puse a buscar vuelos a Miami. Quería escaparme un ratito de la realidad.
Leí sobre el programa de Vixen Workout en internet y sin pensarlo dos veces me lancé a conocerlo. Puedo decir que me cambió la vida.
Descubrir Vixen fue como si todo este tiempo hubiera estado intentando todos los ejercicios, deportes incorrectos y rutinas aburridas. Me tenían sufriendo en lugar de gozando. Vixen Workout, además de ser un entrenamiento súper divertido y completo, es una terapia.
Es un escape de expresión artística y liberación emocional necesario para la salud física y mental. Es en donde puedo ser la versión más fregona de mí misma, la Arlette que siempre reprimo y limito.
En la clase puedo ser libremente, sin importar la vergüenza o el miedo al qué dirán. Desde que me dedico a esto, he aprendido a valorarme mucho más como persona. A dejar de señalar mis defectos e imperfecciones y aprender a aceptarlos y amarlos porque ésta soy yo.
Mis niveles de confianza y seguridad en mí misma se elevaron, y gracias a eso he logrado eliminar muchas cosas. Así como personas tóxicas de mi vida, ya que no me traen nada bueno e interrumpen mi buena vibra.
Estás cambiando vidas, estás motivando a muchas mujeres en Monterrey, ¿qué sientes de que formas parte de un cambio motivacional, y sobre todo, emocional para muchas?
¡La verdad es que todavía no me la creo! Mi motor e inspiración diaria es recibir mensajes de alumnas que me digan que tanto les ha ayudado la clase de Vixen.
He tenido chavitas con trastornos alimenticios que me dicen que han logrado sentirse más seguras de sí mismas. Han avanzado en su problema gracias a mis clases. Otras alumnas que llevan una vida muy estresante en cuanto a trabajo, familia, etc., toman como su terapia diaria venir a Vixen.
Mi motivación para levantarme cada día es llegar con toda la actitud y energía a ofrecerles una clase padrísima y diferente. Además, saber que estoy logrando transmitir exitosamente este mensaje de empoderamiento y de amor propio vale más que el valor económico.
Ahí es cuando uno se da cuenta que la frase “haz lo que amas y no tendrás que trabajar ningún día de tu vida”, es totalmente cierta.
Aunque todo esto son palabras, no serán suficientes hasta que lo intentes. Espero que lo hagas, espero que cambie tu vida como la mía, la de Arlette y la de miles más.
Voltea a ver cómo has tratado últimamente a tu corazón. Convéncete que estás en el momento perfecto para regresar cargada de ánimo y amor al mundo, y sobre todo, a ti misma.
Arlette, con una mano cuento las personas que han marcado mi vida y la han transformado.
Tú eres una de ellas, agradezco mi valor y mi curiosidad que me llevaron a cruzar mi camino con el tuyo. Agradezco tu intensidad, tu amor a la vida, tu amor a ti misma, todo lo transmites y se contagia.
Gracias por ayudarme a recuperar lo que en el camino y el momento más difícil de mi vida perdí. No sabía ni por dónde empezar. Gracias, gracias, gracias.
Por Alexa Huerta