Pablo Serrano y el significado de su escultura Brono
Brono es un personaje escultórico que surge de la batalla campal que enfrentan o libran oficinistas y empleados del mundo.
En términos coloquiales, es un “Godínez” promedio que externa aquello que le atormenta y angustia en el ámbito laboral.
En un sistema contemporáneo capitalista, este ser trata de no convertirse en un número más de la súper estructura monetaria que mueve al planeta entero.
Para el escultor Pablo Serrano, la problemática de la opresión en el trabajo resume la exigencia de generar dinero. Dejando de lado el valor de las personas, así como el costo emocional que ocasionan las interminables jornadas.
La simpleza de las formas de Brono hace alusión a que debería de ser sencillo el encontrar una idea de negocio exitoso, aunque ocurra lo contrario.
“Carrera Laboral”
Por ello, Pablo Serrano ha creado a este protagonista a partir del vacío, para representar la frustración y la impotencia de trabajar bajo un esquema de metas interminables e inalcanzables.
Brono también representa el miedo y la incertidumbre, por medio de marcas o huellas imprecisas en su cuerpo. La rutina lo ha disecado, ya que ha quedado atrapado en un callejón sin salida que poco a poco ha absorbido su energía y talento. Su seguridad en sí mismo, creatividad e imaginación.
El escultor muestra en su obra el abstraccionismo para acentuar la crudeza y las circunstancias del día a día que viven los trabajadores. Sus obras reflejan que nadie se salva de una cadena de presión desmedida, como:
- Las competencias desleales, trampas, mentiras y malas jugadas
Brono no expresa su existencia como persona, ni tiene libertad de expresión. Esto, por que en cualquier oficina cada decisión tiene que ser aprobada por “superiores”.
Pablo Serrano plasma la ambición, siempre creciente e insaciable, del “jefe” o “del que manda” por obtener resultados inmediatos.
Parece una tarea imposible de realizar que, sin duda, todos hemos experimentado más de una vez en la vida.
Por lo tanto, su propuesta artística sostiene que por más esfuerzo que pongas en tu labor será inútil. Debido a que las condiciones estructurales no son equitativas ni justas en su origen.
El escultor invita a reflexionar y cuestionar la verticalidad del aparato laboral que la sociedad ha impuesto desde que nacemos.
Por Adriana Cantoral
Fotos: Pablo Serrano