Los rostros sinceros en el arte de Hugo Aguilar
Las obras de Hugo Aguilar son sinceras, son una metamorfosis. El pintor sostiene que la sociedad contemporánea está repleta de espejismos, de superficialidades y de banalidades meramente accesorias o de relleno.
Hugo Aguilar presiente que para ver mejor el mundo debemos de cerrar los ojos y alcanzar a observar lo verdadero. En ese tenor, el artista defiende la idea de que no estamos para comprender la vida, sino más bien para sentirla.
Para el pintor es muy importante no seguir la idiosincrasia de las muchedumbres, ni las apariencias cotidianas, y por ello, retorna a su ser primitivo. Su propuesta artística se desprende, de la carencia de ideologías y prejuicios sobre la realidad.
A Hugo Aguilar le interesa sobremanera hacer arte a partir de conceptos neutrales, los cuales no dependen de nada, ni tienen cabida para hipocresías o fingimientos.
Asimismo, Hugo Aguilar se define como un creador, o mejor dicho, un buscador incansable de aquella verdad que subyace a lo que creemos real. Es un filósofo pragmático, debido a que sus procesos son prácticos y complejos a la vez.
Los rostros de su arte son una especie de ensayos que mezclan pintura con escultura. En sus obras invita a replantear nuestro pensamiento y dejarnos llevar mucho más por el sentimiento que por el razonamiento.
Esas caras con diversos elementos, pero con una expresión sencilla, nos persuaden para que volteemos la mirada hacia el interior. De ese modo introspectivo, encontremos los significados del existir haciendo de lado el ruido de los rigores intelectuales.
Respecto a lo anterior, Hugo Aguilar no cree en la supremacía de la razón, porque ésta se basa en reglas. Él pretende romperlas y destruirlas por medio de una revolución. Es una metamorfosis plástica que lo ha conducido a una genuina identidad en el ámbito del arte.
En su arte podemos ver retratados gestos humanos naturales que se manifiestan con total libertad. Pues no están supeditados a nadie y son de la manera más pura.
Esa simplicidad que nos transmiten está coordinada con una generosa paleta. El pintor no titubea en añadir más tonalidades que van abriendo mayores campos cromáticos.
Eso da como resultado composiciones y resoluciones originales, así como ricas en coloridos y en materia. Inclusive, Hugo Aguilar utiliza distintos componentes, como: telas, marcos, hilos, plásticos, papeles, cosas recicladas, madera, metales, etcétera.
Sus obras son maquetas. Antes de pintar la superficie pictórica, la talla, explora, recorre, segmenta e inspecciona, como si se tratara de un terreno desconocido para un apasionado indagador y aventurero.
Así, una vez que conoce el lugar que va a trabajar se enfoca en sentirlo. De tal forma, accede al inconsciente apenas perceptible en las primeras pinceladas, no obstante fortalecido en las últimas.
En definitiva, las obras de Hugo Aguilar son representaciones de transformaciones profundas y honestas. Son también collages con abundantes texturas inteligentemente distribuidas en la tela.
En esencia son ojos, narices y bocas manufacturados a partir de objetos diferentes entre sí. Pero contextualizados y dispuestos a su libre albedrío con el ingenioso talento imaginario de Hugo Aguilar.
“Cada vez pinto menos
y construyo más.”
Hugo Aguilar
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Por Adriana Cantoral