El mezcal y sus cócteles frutales
“Ay, mezcal, ya me volviste a dar”. Esta bebida de los dioses es un verdadero deleite para el paladar. Sus sabores a tierra y vainilla son una extravagancia para todo amante del buen beber.
Una de las grandes cualidades del mezcal es que es camaleónico con sus sabores. Esto depende del agave de donde se extraiga, así como del destilado y el proceso de molido.
Aproximadamente, en México existen más de 200 especies de agave, por lo que su sabor es cambiante. Puedes encontrar un mezcal Tobalá, en el que notarás un aroma a limón, notas cítricas y herbales. O uno abocado, en donde el sabor es más dulce por las yerbas, frutas o hierbas con el que se fermenta.
Aunque, uno de los más populares es el espadín, y sus notas son cítricas dulces, terrosas y ahumadas. Existen cientos de marcas que producen este tipo de mezcal, pero hay una que se caracteriza por la extravagancia de sus sabores: Las Mezcas.
Las Mezcas es una empresa mexicana que comenzó en el 2012 en un concurso universitario con dos bebidas: mezcamaica y mezcarindo. La primera es la combinación entre mezcal, jamaica y miel de agave; mientras que la segunda, lleva mezcal y tamarindo y miel de agave.
Ahora, suman otro integrante a la fila de sabores, el de mandarina con maracuyá: Mezcayá. Definitivamente, los productos de esta marca le dan una cara más divertida y colorida al mezcal.
Una de las ventajas de Las Mezcas es que, al estar combinado el mezcal con la fruta, su sabor no es tan fuerte. Además, es bajo en calorías y libre de conservadores.
El mezcal es una bebida que nos acerca a nuestras raíces prehispánicas y ancestros. Los matices de sus sabores han llegado para quedarse en los corazones y paladares de aquél que pruebe este elixir.
Este destilado ha revivido de las cenizas y como dicen: “toda buena historia comienza con un mezcal”.
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Por Flor Vega Castillo