Los e-readers han transformado el mundo editorial
Una de las actividades más apasionantes que uno puede hacer, es leer. Actualmente, existen varias formas de hacerlo, no sólo en la tradicional: los libros. Pues también están los e-reader, los cuales han tenido una evolución impresionante.
Aunque claro, habrá quienes estén alejados o peleados con la tecnología y prefieran la tener la lectura en físico. Pero, hay otros que prefieren la practicidad y ligereza, que optan por tener sus lecturas en un dispositivo electrónico.
El papel se ha cambiado por una pantalla en blanco y negro, y ahora puedes tener una biblioteca en la palma de tu mano. Además, el peso, tamaño y versatilidad hace a los e-readers perfectos para cualquier persona que ama leer en todas partes.
Con el paso de los años los e-readers han evolucionado generosamente, para proporcionar una mejor calidad lectora. No solamente han revolucionado al mundo editorial y a la historia de los libros, sino que es más fácil acceder a cientos de lecturas.
Las compañías como Amazon, Apple, Google, Microsoft son las causales del negocio de estos libros electrónicos. Lo cual ha provocado cierto desagrado a las distintas editoriales.
Una de las grandes aportaciones que ofrecen los e-readers es que son hipermedia. Es decir, que une sonido, texto, imagen, así como hipertextual. Esto hace que los libros electrónicos sean más innovadores, y que el lector se introduzca más a la historia.
Así, el lector deja de jugar un rol pasivo, para convertirse en activo dentro del e-reader. Los libros digitales, no sólo han cambiado la industria editorial, también la tecnológica. De modo que, ha crecido el número de personas que leen.
Puesto que es más económico tener varios libros en un solo dispositivo, a estar comprándolos físicos. De hecho, se considera el tercer hito de la edición después del nacimiento de la imprenta de Gutenberg.
El e-reader ha dado un gran salto en el universo de las lecturas, dejando un poco a un lado al libro impreso. Sin embargo, éste favorecerá el acceso a libros a personas que probablemente no tenían cerca una librería o biblioteca.
Por Flor Vega Castillo