EL AMOR DE UNA PERSONA GATO

Una persona gato ama de formas muy peculiares, ¡conócelas!

El amor viene en distintas presentaciones. Algunos aman de manera sigilosa y cambiante, tal y como los mininos. El amor de una persona gato te mostrará cómo vivir un amor libre e independiente. Sigue leyendo y descubre las sopresas de los amores con personalidad felina.

CÓMO AMARLOS

Dice un poema de Javier Salvago que hay que querer a las personas como se quiere a un gato: “con su carácter y su independencia, sin intentar domarlo, sin intentar cambiarlo. Dejarlo que se acerque cuando quiera y siendo feliz con su felicidad”.

SUS CARACTERÍSTICAS

Si estás de acuerdo con esto, entonces, tu personalidad o la de quien te gusta tiene mucho que ver con la de los felinos. Te caracterizas por ser una persona solitaria, y te gusta el amor, pero sólo cuando quieres y mientras no te aburras, porque cuando ese momento llega, ¡adiós!, te irás sin avisar. Lentamente, sigilosamente y con la elegancia que caracteriza siempre a esta especie.

JAMÁS SE ALEJARÁN DEL TODO

Piénsalo, si no eres tú, quizá sea tu pareja. ¿Es una de sus características principales el volver cuando ya no le haces caso o cuando por fin estás tratando de olvidarlos? Así como los gatos, que ronronean y piden atención, haciendo que les acaricies la pancita y no te olvides del amor que les tienes.

ASÍ TE TRATAN

Dice la vieja cultura turca que la diferencia entre el amor de un perro y el de un gato radica en que para los caninos su dueño es el dios. En cambio, los gatos son conscientes de la existencia de Dios, y tratan al humano en su justa dimensión, como un compañero de vida, y no como un ser superior. Para las personas-gato, su trato hacia ti será igual, jamás te verán como si fueras lo más impresionante, son conscientes de tu grandiosidad, pero también de la suya, y te ven como igual. No más, no menos.

LOS MÁS OBSERVADORES

Las personas-gato son observadoras y no entregan su amor a cualquiera. Piensan bien cada movimiento y cuando sienten que van demasiado rápido, dan un paso atrás y analizan la situación desde lejos. No confían ni en su sombra. Suelen tener más amigos del sexo opuesto porque los del propio son rivales, siempre amenazantes.

SU ESPACIO

Tienen su propio espacio y ese lugar es sagrado. No permiten invasiones, y si los visitas permanecen alerta y con las garras preparadas, no para lastimar, pero sí para advertir que no debes acercarte más de lo debido. Siempre sienten la necesidad de volver a estar solos con su rutina.

SUS RELACIONES

¿Antisociales? quizás un poco, más que el resto de las personas sí, pero no tanto como para vivir aislados. Conviven, pero en dosis exactas. Viven la vida y sus aventuras al máximo, pero se quedan con la experiencia y no les cuesta trabajo regresar a su vida normal.

MANIPULADORES

Sin embargo, ¿recuerdas la mirada del Gato con Botas? Ellos saben hacer ojitos que enamoran y convencen a quien sea de lo que sea. ¿Cómo decirle que no a ese par de enormes y seductoras pupilas? Son los amos de la manipulación y usan su ternura para conseguir siempre lo que quieren.

AUTOSUFICIENTES

Son curiosos, astutos e independientes. Las personas-gato suelen ser perseverantes y conseguir siempre lo que quieren con su propio esfuerzo. Un gato nunca morirá de hambre porque sabe cazar y decir: “Esto es mío y yo me lo gané”.

AMOR LEAL E INCONDICIONAL

La gran razón para amar a las personas-gato es que una vez que ganaste su confianza, se entregarán a ti por completo y te serán fieles de por vida. Así que si te arriesgas a empezar una relación con una persona-gato, sabrás lo que es amar sin poseer, acompañar sin invadir y vivir sin depender.

 

Por Dayana Sanjuán

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