Después de todo no te amaba tanto
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Esas noches de fiesta terminaban en noches de pasión y las conversaciones serias en besos que incitaban, esos viajes que sólo fueron un pretexto para seguir con nuestra compañía y poder resguardar un poco de esto y de aquello en diferentes lugares ya se han ido, nos desgastamos muy rápido, así como las primeras noches juntos, nos desnudamos al primer contacto, sin decirnos nada, utilizándonos el uno al otro en una serie de encuentros aventureros de los que solíamos huir al amanecer, luego el intento por despistar al amor nos falló un instante y entonces creímos haber caído en sus garras ¡par de estúpidos amantes!
Anoche estuviste aquí después de tanto tiempo ausente; no estabas en buenas condiciones. Ahora a ti te rompieron el corazón y viniste a recordar cuánto yo lo protegía.
Me hablaste de ella con amor, al parecer un amor que tampoco fue tan duradero; volvimos a ser lo que antes fuimos: dos amigos que se dan la mano de vez en cuando, se ponen al tanto de sus vidas, ríen, recuerdan, se quieren y se despiden. Naturalmente sólo fuimos amigos, forzadamente también queríamos seguir siéndolo, aunque la línea ya se había cruzado, ya no teníamos nada para protegernos, después de todo ella tampoco es culpable de que ahora estés tan solo, ella es perfecta igual que yo, que afortunadas somos de haberte tenido un tiempo, las dos pudimos ver como el amor se oculta y se engaña a sí mismo, la verdad es que yo tampoco fui sincera y hoy he descubierto que después de todo no te amaba tanto.
Por Viridiana Marín Marín