Te quiero soltar, pero no puedo
| OnLove
Superar una ruptura amorosa siempre es complicado sobre todo cuando los ex siguen sin desaparecer por completo de nuestras vidas. Cuando terminamos una relación, creemos que la vida se nos ha derrumbado. Aceptar la decisión de rompimiento con nuestra pareja resulta como un misil que entra en nuestro cuerpo y nos va quebrando en miles de partes, que al final no se pueden reparar.
El hecho de visualizar nuestras vidas sin esa persona que ya no nos acompañará en los sueños que alguna vez habíamos creado, nos hace sentir desarmados y frágiles. Un bombardeo de preguntas empieza a atacar nuestra mente y nos acorralan en un laberinto sin salida que sólo nos asfixian.
El proceso de superación de una ruptura es un vaivén emocional
En el que se trata de avanzar, pero cuando creemos que ya salimos del abismo, por arte de magia retrocedemos y quedamos en el mismo lugar. Es en ese momento cuando decimos: te quiero soltar, pero no puedo.
Lograr separarnos de esa persona que amamos es un proceso difícil y doloroso, ya que es como si amputaran una parte de nuestro cuerpo. Así que nos conformamos con tener a ese “ex” como una amistad o, en todo caso, como algo “casual”.
Pero ¿por qué hacemos esto?
Cuando la dosis de serotonina, dopamina y oxitocina desaparecen, las cuales nos producían placer, tratamos de suplantar esa dependencia emocional con un poco de atención del ser amado y nos conformamos con poco; pasar de nuevo tiempo juntos y escuchar sus risas, nos permite engañar a la mente y creer que todo está bien, de modo que mitigamos el dolor.
Otra razón por la cual queremos seguir con la “amistad”, y que es un poco egoísta, es para seguir teniendo ese derecho sexual. Pues biológicamente es imposible reprimir los deseos sexuales, y el primer recurso en el que pensamos, ya que es una manera fácil de obtenerlo, es en nuestro ex. En cierta manera, sabemos que no se negará, ya que siempre existirá el cariño.
Aunque, también nos engañamos con esa falsa idea de ser amigos
Porque en el fondo tenemos la esperanza de volver, y si nota de nuevo nuestras virtudes, se volverá a enamorar y todo será feliz. Sin embargo, esto puede ser muy doloroso para ambos, ya que si la otra persona no desea regresar, uno de los dos saldrá más lastimado.
También, si nosotros fuimos los causantes de la ruptura, una manera de disculpa es acercarnos a nuestro ex, para que no sienta tanto dolor, y es por eso que creamos el lazo amistoso, para limpiar nuestras culpas.
A veces no es malo ser amigo del ex, y puede surgir una amistad muy linda, sólo si ambos están en el mismo sentido y el sentimiento ya no existe. Si por el contrario, uno de los dos sigue sintiendo algo, lo que pasará es que uno resultará más lastimado, y por consecuente, la amistad no tendrá frutos.
Por Flor Vega