Sus colores, su música y su García Márquez no pueden equivocarse
¡Ay, mi bella Cartagena! Tus colores, la calidez de tu gente, la fiesta que se vive en las noches y tu gastronomía, son postales que siempre llevaré en mi mente y corazón.
Caminar por las calles de la ciudad amurallada es un deleite visual, su fortificación es la más completa del continente América del Sur y una de las mejores y bien conservadas murallas, declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
Recorrer las calles de esta Ciudad es un deleite visual
Ya que en cada esquina te encuentras con casas pintorescas que parecen una obra de arte, y sus fachadas policromáticas combinan con el traje típico colombiano de las vendedoras que encuentras en sus calles.
En cuanto cruzas por la Torre del reloj, que es la entrada a la ciudad amurallada, es como si viajaras en el tiempo, ya que encontrarás en sus calles lindos carruajes que van guiados por caballos, y que te darán un paseo por sus rincones coloniales. Si eres amante de la literatura de Gabriel García Márquez, podrás conocer su casa, además de transportarte a la historia de El amor en los tiempos del cólera, cuando recorras el Portal de los dulces y recuerdes la escena de desamor de Fermina Daza y Florentino Ariza te sentirás dentro de una de las escenas clave de esta historia.
Esta capital colombiana no sólo te regalará maravillosos paisajes, sino que terminarás enamorándote de ella cuando veas sus atardeceres.
Ese momento en el que el sol comienza a bajar para besar al mar y el cielo se colorea con tonalidades naranjas que iluminan los ojos, el mejor lugar para apreciarlos es en el Café del Mar en donde puedes disfrutar de tu bebida favorita mientras esperas ese momento mágico.
Si quieres rodearte de un ambiente musical y artístico, entonces deberás perderte en la Plaza Santo Domingo y deleitarte con comida típica caribeña en los restaurantes que hay al aire libre, además de disfrutar de las esculturas de Fernando Botero que están expuestas en esta plaza. Pero, si te apasiona el arte y quieres conocer más de las obras de este artista, debes dirigirte al Museo de Botero, en donde te adentrarás al realismo mágico de sus pinturas y esculturas.
Cartagena de Indias se caracteriza por la rumba, y bailar una buena salsa al ritmo colombiano hará mover tus caderas en el bar Donde Fidel, que se encuentra entre la Plaza de los Coches y la Plaza de la Aduana. Este lugar te llenará de magia, diversión y romanticismo.
Si crees que esta ciudad ya es magnífica por su arquitectura colonial, cuando subas al Castillo de San Felipe de Barajas te darás cuenta de que el amor a primera vista sí existe. Aquí tendrás a Cartagena en la palma de tu mano ¡disfrútala!
Finalmente, si deseas descubrir más allá de sus murallas, debes dirigirte a sus playas.
Cuenta con demasiadas, pero una de las mejores es Playa Blanca, o mejor conocida como Isla Barú. El color azul del mar te hará sentir que estás nadando en el cielo, y su arena blanca envolverá tu cuerpo de sueños color nácar.
Déjate sorprender por la poesía que esconde Cartagena en cada uno de sus lugares y di como alguna vez mencionó Gabriel García Márquez: “Me bastó dar un paso dentro de la muralla para verla en toda su grandeza a la luz malva de las seis de la tarde, y no pude reprimir el sentimiento de haber vuelto a nacer”. Eso sí, acostúmbrate a que a cada rato te digan: ¡México no se raja!, y que lo más representativo de los mexicanos sea el Chapulin colorado.
Por Flor Vega Castillo